Sabéis que lo mío es dejar la ropa impoluta con los productos Puntomatic, pero de vez en cuando lo intento en la cocina. Esta vez me ha dado por preparar croquetas. Sí, ese plato mítico de nuestras madres que difícilmente podemos superar. Me atreví y las hice, pero… un desastre.
Y es que la masa para croquetas me quedó blanda. Incluso después de meterla en el congelador toda la noche. Podríais pensar que la he tirado a la basura, pero no. Llamé a mi madre (sí, lo hice y no me avergüenza reconocerlo) y busqué en Internet algunos truquillos para transformar mi salsa bechamel en una cremosa masa para croquetas.
Horno. Mi madre no atendía el teléfono y me busqué la vida por internet. Varias personas hablaban de meter la mezcla en el horno. Eso sí, debemos estar atentos para que la preparación no se cocine. Lo que buscamos es que el horno “seque” la masa.
Una alternativa al horno convencional es el microondas. Lo ponemos a máxima potencia y vamos sacando la masa cada minuto removiendo con una cuchara de palo hasta que veamos que tiene la consistencia deseada.
Pan rallado. Esta es la técnica de mi madre. Me explicó que ella le coloca pan rallado a la mezcla porque no altera el sabor. Además, se puede dejar durante meses en el congelador.
Harina tostada. En una sartén ponemos a tostar un puñado de harina a fuego medio. Vamos removiendo siempre para que no se pegue. En otra sartén, debemos tener la masa de croquetas blanda cocinándose a fuego lento. Luego, incorporamos la harina tostada poco a poco y removemos hasta que tengamos la consistencia deseada. Es importante que la harina esté tostada para que no tengan un sabor crudo nuestras croquetas.
Otra alternativa: reciclar la masa de croquetas blanda
La verdad es que la mezcla, por muy blanda que esté, estará exquisita. Para no desperdiciarla podemos repartir la mezcla en cazuelas de barro. Podemos también cocer un poco de brócoli o coliflor, colocarlo en una bandeja y verter por encima la mezcla. En ambos casos, el toque final debemos dárselo añadiendo pan rallado y queso por encima y gratinando en el horno.
Ya lo decía mi madre: todo tiene solución. Y yo os comparto algunas de las que me valen ¿qué os ha parecido? Por mi parte, como no quiero que mis croquetas sean la sopa del menú, voy a seguir intentando hacer la mezcla con la consistencia ideal siguiendo paso a paso la receta.
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